Parque da Natureza do Río Barosa

 

   La N 550 que une Caldas y Pontevedra esconde un tesoro que todos debiéramos encontrar. Escondido entre frondosos árboles el río Agra toma el nombre del lugar: Barosa y regala una cascada de casi 60 metros que llena de magia y ruído la calma de este rincón.

 

 

 

 "Una serie de diecisiete molinos de agua dispuestos a lo largo de las fervenzas forman un complejo único a lo que se une una hermosa y pequeña ruta de ascenso y descenso por la otra ribera. Estos molinos fueron recuperados por la Escola Obradoiro “Camiño de Santiago-Barro”. En cuanto a su tipología podemos decir que se trata de molinos “de canle” (canal) y están dispuestos la mayor parte de forma escalonada para aprovechar “as levadas” (canales de agua). De planta rectangular se cubren a una agua y a dos aguas con teja del país. Un par de ellos alcanzan grandes dimensiones y contaban inicialmente con vivienda siendo probablemente molinos de “maquía”, es decir que los propietarios cobraban una parte de la molienda al usuario que traía el maíz. Dicen que el origen de estos molinos se pierde en la edad media y que desde aquí molían el cereal para el monasterio de San Martín Pinario en Santiago. Los que vemos hoy en día parecen del siglo XVIII en adelante y su uso principal era ya para moler maíz". (https://www.galiciamaxica.eu/galicia/pontevedra/barosa/)

 

   Este parque cuenta con una inmesa área recreativa: mesas, fuentes, barbacoas y servicios. Y hasta hay una cafetería en el molino más grande que era antiguamente vivienda. En verano es un lugar estupendo para darse un baño, disfrutar de una ruta de senderismo entre eucaliptos, amieiros, pinos y carballos y respirar aire puro. Las sombras crean lugares únicos para tomar una buena tortilla y disfrutar del entorno.

 

    Estoy deseando que volvamos, pero esta vez en época de lluvias para ver el agua caer con fuerza y cambiar por entero el paisaje. 

 

 

 

 

   Cuenta con grandes zonas para aparcar, son muchas las visitas, como en esta bonita tarde del mes de septiembre. Un sitio inolvidable, sin lugar a dudas. De esos que recogen lo "enxebre", el corazón de Galicia, el verde y la piedra.