BLAYE - ÎLE D'OLÉRON
Durante toda la noche truenos y relámpagos iluminaban la fortaleza creando una atmósfera terrorífica e inolvidable.
La lluvia comenzó a cesar avanzada la mañana.
Desayunamos y nos preparamos para entrar en la citadelle.
Se nos van acabando los productos. Ir a los supermercados es, a veces, toda una aventura y una oportunidad de acercarnos a la vida cotidiana del lugar. Incluso podría hacerse un estudio sociológico determinante teniendo en cuenta lo que se consume en cada sitio y hasta en cada zona dentro de una misma ciudad.
"Desde la Antigüedad, el promontorio rocoso de Blaye, que domina el estuario de la Gironde, está Ocupado por un campamento militar romano.
Durante la Edad Media, el pueblo romano se convierte en pueblo medieval y el castrum deja sitio a un castillo medieval cuyos vestigios todavía se pueden divisar.
Luego, las fortificaciones sufren muchas obras, pero gracias a Vauban, se convierten en un sistema de defensa moderno: una ciudadela.
Al entrar, observamos los elementos de defensa instalados por Vauban, todavía intactos, que atestiguan la estrategia militar del gran ingeniero. Después de la Segunda Guerra Mundial, el ejército vende el sitio a la ciudad de Blaye.
En 2007, las 33 hectáreas del lugar fueron declaradas Monumentos Históricos y en 2008, la ciudadela fue inscrita en la lista del patrimonio mundial de la UNESCO con el cerrojo del estuario en el seno de la Red de los sitios primordiales de Vauban". (Fragmentos tomados de los letreros de la fortaleza).
Dentro, una ciudad de muchos años atrás... Con sus tiendas, sus casas...
Hay un restaurante grande y dos pequeños.
La puerta por la que entramos nos llevó a la visita de las murallas. Desde lo alto, contemplamos al ciudad.
Tras los extensos viñedos.
Y el Atlántico.
A los pies, como ya dije, el aparcamiento donde pernoctamos.
Hablando con un agradable hombre que había estado en España 40 años atrás, supimos que lo estaban preparando para que fuese de pago.
La increíble obra de defensa de Vauban se compone de tres elementos: la citadelle de Blaye sobre la orilla derecha, le Fort-Pâté en el centro sobre una isla y le Fort-Médoc en la orilla izquierda. Una perfecta estrategia para impedir el paso a las flotas enemigas en dirección a Bordeaux.
Paseamos entre sus puertas, las baterías de artillería y la torre del castillo.
Porquoi un château fort dans la citadelle?
La construcción del castillo llamado "Château des Rudel" tuvo lugar entre los da. XII y XIV. En esta época, Blaye era un puesto militar importante que requería una buena guardia. Toma su nombre de sus primeros habitantes, entre los que cabe mencionar a Jaufré Rudel, llamado "Prince de Blaye" (príncipe de Blaye). Uno de los primeros trovadores y uno de los fundadores de la lengua d'Oc y del amor Cortés. Según dice la leyenda, murió en los brazos de la princesa Mélissinde, condesa de Trípoli.
Dejando las murallas y en lo alto, entramos nuevamente siendo nuestro asombro descubrir un camping allí mismo.
La próxima vez dormiremos en él.
El museo, la panadería y casitas en las que vive gente.
Dejamos la citadelle casi a mediodía.
Nos encantó la visita a un lugar tan sorprendente.
Hacía calor y decidimos tomar algo en una terraza justo enfrente.
Petit rouge para Jorge y petit kir pour moi. ¡Qué hermosas vistas!
Brindamos entonces por nosotros, por Marisa que tanto nos había pedido que probásemos algún vino de la región y por toda la gente que queremos y que sabemos que nos recuerda.
Había sobrado arroz de la cena, así que: un par de latas de calamares en su tinta y todo salteado con un poquito de aceite. Una comida deliciosa, sencilla y rápida. Las conservas son sin duda una práctica y socorrida solución para los menús furgoneteros.
Tras la sobremesa y recoger todo, dejamos Blaye. Desistimos en la idea de cruzar en barco. El billete para nosotros no llegaba a los 6€ los dos por una travesía de media hora, pero cruzar la furgoneta subía mucho ya. Y nos desviábamos de la ruta. Así que, continuamos con lo pensado.
Preciosas mansiones y sistemas de regadío con compuertas.
Extensos viñedos. Pintorescos pueblos al borde de la carretera.
Iglesia de Braud - St. Louis.
Notre-Dame des Enfants y la Virgen de Lourdes.
Iglesia de Saint Ciers sur Gironde.
Saint Georges des Agoûts: su iglesia y sus enormes campos de girasoles.
Fue entonces, a los pocos kilómetros, que sentí un mordisco en la mano derecha que llevaba fuera con la ventanilla bajada. Una perdida avispa se había colado y tras picarme en la mano, jugaba al escondite por la cabina. Paramos para coger un poco de hielo de la nevera, invitarla a marcharse y reanudar felices y yo un poco dolorida, nuestro viaje entre uvas, maíz y girasoles.
Paisaje e iglesia de Saint-Ciers du Taillon.
Iglesia de Lorignac.
Me encantaría detenerme y comentar la arquitectura, pero quizá ello alargaría mucho la entrada. Disfrutemos pues de las imágenes, del Arte.
Iglesia de Le Gua
Y entonces...
Vimos el océano.
Y cruzamos a la isla de OLÉRON, allí estaba el destino en el que pasaríamos la noche.
¡Qué emoción sentir la brisa y un olor tan familiar!
Jamás imaginé la recta que se dibujaba ante nosotros. Debíamos atravesarla de un extremo a otro. En el camino, pequeñas poblaciones llenas de encanto.
Y muchos molinos.
Cruzamos "varios santos": Saint Pierre, Saint Georges, Saint Gilles... Hasta llegar a SAINT DENIS.
Lo primero que hicimos fue buscar la oficina de turismo y preguntar allí por el alojamiento. Íbamos a dormir en un camping y teníamos uno en mente, pero preferimos preguntar. La oficina se encuentra junto al puerto.
Allí nos dieron un mapa y justo nos indicaron que quedaba alguna plaza en el que Jorge había buscado.
Había tanta gente que, transitar por las estrechas calles resultaba complicado. Eso sin contar con la cantidad de bicicletas. Era impresionante, sin duda la isla está hecha para ellas.
El camping estaba a un par de kilómetros. 9€ la noche y con electricidad, agua y todo lo necesario.
Nos instalamos y paseamos para ver el lugar.
Después, un pequeño refrigerio mientras se hacía la cena: pasta con un toque de mantequilla y ajo acompañada de salchichas. Un postre y la serena tranquilidad del sitio.
Maravilloso!!! Qué
ResponderEliminarbonitas fotos y que forma tan bonita de explicar cada sitio. El lugar , la fortaleza,las casitas... nos trasportamos en el tiempo. Gracias por hacernos viajar con vuestros comentarios.Feliz y maravilloso viaje.
Gracias a vosotros por estar al otro lado de esta mágica aventura viajando con nosotros y viviendo así cada instante. Miles de besos
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