SAINT DENIS D'OLÉRON - CHAVAGNES EN PAILLERS
Madrugué muchísimo y estuve leyendo mientras veía como, poco a poco, la luz iba ganando la batalla.
Es algo mágico que ocurre cada día y a lo que apenas damos importancia metidos de lleno en nuestros quehaceres diarios.
Fui a las duchas sobre las 8h y allí me encontré con los más madrugadores. Se veía que las instalaciones eran de hacía años, pero lo importante es que daban servicio.
Junto a los baños y duchas había una lavadora y una secadora. No lo pensamos dos veces y sobre la una, por fin, nos tocó. Sábanas, toallas y ropa sucia lista en dos horas por 9€. Pusimos la lavadora y paseamos. Al cabo de la hora, metimos la ropa en la secadora y durante el programa, nos fuimos a preparar la comida y a comer.
Apetecible ensalada de lentejas, tomatitos y sardinillas. Un yogur de postre y amena sobremesa.
Con la colada hecha y la furgoneta como los chorros del oro, nos dirigimos hacia el puerto con la idea de pasear y ver la playa. Aparcamos detrás de la oficina de turismo.
Al igual que ayer, muchos turistas disfrutaban del lugar, eso sí aprovechando las sombras pues hacía calor.
La zona me recordó a algunas de nuestro Levante, llena de chiringuitos y pequeñas tiendecitas de souvenirs.
Y muchas, muchas bicicletas. Como se ve en la foto de abajo, toda la familia se mueve en ellas. Me encanta ver a la gente mayor, cantidad de mujeres de más de 70 años. ¡Es una maravilla!
La próxima vez las traeremos, estoy segura.
El puerto estaba lleno. La isla es un lugar turístico para los franceses y para muchos extranjeros, principalmente ingleses.
En esta foto del plano que nos dieron en la oficina de turismo, se puede ver -marcado en rosa- el recorrido del camping a la oficina. El puerto al lado y más hacia la derecha: la Plage de la Boirie, que sin pretenderlo nos desilusionó pues estaba la marea baja.
Visitamos su preciosa iglesia.
Con trabajados detalles en sus columnas y arcos. Y tomamos la carretera en dirección al puente dejando atrás Saint Denis con el deseo de regresar pronto.
Las casitas de la isla son bajas en su mayoría, dos alturas a lo sumo. Muy cuidadas y con flores. En la entrada de una de ellas, esta correcta petición de que no se dejase publicidad y el consabido agradecimiento.
Casi antes de cruzar el puente, divisamos la citadelle.
Que sólo vimos por fuera pues nos resultó imposible aparcar.
Cruzamos nuevamente el puente.
Rumbo a ROCHEFORT.
Decidimos no entrar y continuar hacia La Rochelle donde parar a hacer compra antes de cruzar la isla de Ré.
Esta vez probamos la cadena U. Son grandes hipermercados al igual que los de la cadena Leclerc, sus precios nos parecieron más elevados. Carne, verdura, pan... Y por supuesto, queso. Estos preciosos pastelitos con los que tan sólo nos recreamos la vista.
Tras un poco de atasco, nos vimos de lleno en el peaje a la isla: ¡casi 17€!
Paramos, lo hablamos y decidimos que serían más de 30€ ida y vuelta para pasar tan solo una noche. Los dos estábamos de acuerdo y, aunque nos dio pena, la elección fue acertada pues a la mañana siguiente coincidimos con un matrimonio de españoles que nos contaron su peripecia al cruzar y encontrarse con todo ocupado y sin plazas disponibles para pernoctar.
De nuevo en la carretera, un tramo de nacional...
... Y entrada en la autopista.
Donde el cielo nos regaló una hermosísima puesta de sol.
Es todo maravilloso, como podeis ver os seguimos todos los días.
ResponderEliminarUn beso muy fuerte y buen viaje.
¡Qué alegría sentiros tan cerca a pesar de los kilómetros!
EliminarMuchas gracias y un beso enorme.
Un día mas disfrutando de tu reportaje y viaje, hasta mañana.Un beso de papá
ResponderEliminarMe alegro mucho, papá. Gracias por venir a ver el blog y por las palabras.
EliminarUn beso.