Llovió durante toda la noche, el sonido nos meció y el sueño llegó antes de que acabase el capítulo de la serie que estamos viendo. Los aparcamientos de los centros comerciales o grandes superficies son una buena opción cuando se va en ruta.
Sólo la lluvia y nosotros.
Comienza la mañana y con ella el ajetreo de los trabajadores y de los clientes madrugadores. Leo hasta que el sol empieza a brillar y me preparo para otra de mis "escapadas madrugadoras". Para mí es mágica esa sensación de las primeras horas de la mañana. Observo la rutina de algunos, la precipitación de otros y el sosiego de los que disponen de tiempo y ganas.
Un sano y nutritivo desayuno escuchando el ruido de las tazas, una música universal de cafetería a estas horas que acompañada del aroma a café, reconforta.
Ya juntos, hacemos la compra y nos perdemos sin prisas. Comemos y quedamos para tomar café con un amigo de Majadahonda que trabaja en Francia. Siempre es una alegría vernos. Horas de animada conversación, risas y anécdotas. Nos despedimos esperando encontrarnos de nuevo ya...
Adrián y Alba están en la gasolinera de Cotsco para vernos y que les demos los cartuchos de gas que Jorge pidió para ellos. Esta empresa ha llegado a España con precios inmejorables, se trata de un sistema de venta americano por el que hay que hacerse socio y pagar una cuota anual para beneficiarse de increíbles ofertas. Pues bien, llenamos el depósito estando el gasoil a 0,846€ siendo no socios, ya ni imaginarse el descuento de unos cuantos céntimos más en caso de serlo.
De nuevo en la carretera, escribo estas líneas desde la oscuridad de una noche cerrada, pero ya sin lluvia ni viento. Son las 22.27h. Todavía no sabemos dónde dormiremos.
Hasta mañana.
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