miércoles, 7 de agosto de 2019

Verde sereno en Vinassan y azul intenso en el mar de Gruissan

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Día 8. Martes 16.07.19
VIAJE DE VERANO. JULIO 2019
VINASSAN - GRUISSAN
(km 1746 - km       )
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   El área de Vinassan es de las más recomendables por su relación calidad-precio. Tiene sombra, mucha sombra bajo unos árboles frondosos y altos, llenado y vaciado, electricidad ilimitada y hasta una mesa con dos bancos. Es apacible y tranquila. Y tan sólo hemos pagado 8€ aún siendo temporada alta. 


   Tras un buen desayuno... ¡ESCAPADA MADRUGADORA! A descubrir Vinassan y a sentirme por unos instantes habitante del lugar. Estábamos a menos de cinco minutos de la iglesia. Apenas había gente, los franceses suelen madrugar mucho, sus horarios son diferentes a los nuestros, aunque he de decir que en España también hay gente que madruga... y mucho. Lo que sí que hay que tener en cuenta es que su jornada laboral termina antes que la nuestra: muchos museos, por ejemplo, así como oficinas de turismo, cierran a las 18h y tan sólo algunas grandes superficies permanecen abiertas hasta las 21h


   Vinassan está en el corazón del Aude, muy cerquita de Narbona (6 km). Es una encantadora población rodeada de viñedos, olivos y almendros. 
   Justo en la carretera principal que atraviesa Vinassan, frente al edificio de LA MAIRIE, se encuentra la iglesia románica de San Martín levantada en el siglo XIX en el mismo lugar en que se encontraba la original, que data del siglo XI

   ¡Qué bonita la iglesia! La luz del sol la hacía todavía más hermosa. 
   El ábside de esta iglesia es del siglo XI y es relativamente largo (7 metros).
   Su interior, tan sobrio, me recordó lo verdaderamente importante. Fue un mensaje que me llevó al agradecimiento de estar los dos bien y  de que el disgusto de ayer no era más que un cristal roto. 



   El alto y elegante campanario evoca a los italianos, con cuatro cuerpos, fue construido en 1851 y financiado por los propios habitantes de Vinassan. 

   LE CLOCHER domina Vinassan, desde cualquier ventana.


   Mientras callejeaba, pensaba cómo sería vivir en una de estas casitas con ventanas alegres. Imaginaba entonces un día a día tranquilo, ajeno al caos de una gran ciudad, lento en sus tiempos y acompasado con los ritmos naturales del sol y la luna. Cerca estaría de Narbona con lo que, una escapada de menos de diez minutos en coche, me devolvería al ajetreo, al bullicio, al tráfico y a los edificios altos para luego volver a las calzadas empedradas al "buenos días" y "buenas tardes" de mis vecinos, sabedores de mí y unidos por una historia común, la historia de este pequeño lugar en el que viviría.

Quizá fuese esta nuestra casa.


   El sol comenzó a apretar  y antes de las doce ya teníamos 30 grados, así que... descanso a la sombra, una buena lectura y una comida fresquita.


   Tenía curiosidad por visitar LA GLACIÈRE, había estado leyendo sobre esta especial "nevera". Pero las circunstancias no eran las mejores, los dos no podíamos ir, así que... la dejamos pendiente para otro viaje, pero sí que voy a escribir a continuación unas líneas sobre ella por si sirven de utilidad a algún viajero:



   Por un Real Edicto de 1659, el rey Luis XIV autorizó la construcción de "refrigeradores". Fueron administrados por el General de los Agricultotes, quien otorgó este priviliegio al mejor postor en una subasta y por un período de 10 años. Es probable que este enfrieador fuese construído unos años antes del edicto siendo abandonado a finales del siglo XVIII. Actualmente pertenece al municipio y fue restaurado entre los años 2003-2007. Se encuentra en una ruta que conecta la Montaña Negra con el mar (130km), conocida como la RUTA DEL HIELO.
   En el siglo XVII estaban de moda los sorbetes y helados, además de este uso, utilizaban el hielo para: refrescar bebidas o en el caso de los carniceros y pescaderos, para preservar los alumentos. Incluso fue utilizado en el ámbito de la medicina para curar enfermedades, es así que existe un enfrieador en el hospital de Narbona.
   Llenaron el enfriador con agua proviniente de ríos, manantiales, fuentes... en noviembre, lo cerrraron durante siete meses bajo estrecha vigilancia y en mayo lo abrieron. Todo el trabajo se hacía por la noche, los hombres alumbrados con velas, lo irían sacando para su posterior venta. En el exterior, permanecía cubierto por tierra y ramas que mantenían el frío. 
   El enfriador de Vinassan tiene 6 metros de diámetro, 9 metros de altura y una capacidad de 100 toneladas de helado. 
(Vid.  https://vinassan.fr/historique/la-glaciere/)

   ¡Qué ganas de leer más sobre estas construcciones, sobre la Ruta del Hielo, sobre otras costumbres... sobre Historia!


   Todo en orden de marcha ya, vaciado efectuado y llenado completo... arrancamos rumbo a la playa. Buscamos un destino cerca del punto en el que estábamos pues tendríamos que "hacer tiempo" en la zona hasta que nos reparasen el cristal y lo que teníamos claro es que lo íbamos a disfrutar.
   ¿Qué tal GRUISSAN?



   Llegamos así a la orilla del Mediterráneo esta vez dispuestos a bañarnos. 
   Nos sorprendió tanto Gruissan... con sus casitas bajas, su trazado circular en torno a la torre: la BARBEROUSSE, sus dos preciosos puertos deportivos, un área de ensueño (la más grande en la que hemos estado hasta el momento), la amabilidad de sus gentes y un atardecer sobre el mar.
  Viendo felices el eclipse lunar, nuestros sueños se pintaron de azules, de brisa y de un olor a sal que tan bien conocemos.

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